Los problemas digestivos en mascotas son uno de los principales motivos por los que se solicita una consulta veterinaria. En este artículo intentaremos explicar cuales son los principales motivos y qué debemos hacer si le ocurre a nuestro perro o gato.
¿Por qué se producen los problemas digestivos?
El tracto digestivo de nuestras mascotas es similar al del ser humano. Se extiende desde la cavidad oral, pasando por el esófago, estómago e intestino para finalizar en el recto. Cualquier alteración en estas secciones puede dar lugar a un trastorno digestivo. Dependiendo del tiempo que haya transcurrido desde que comenzaran los síntomas hablamos de procesos agudos si son reciente o crónicos si llevan ocurriendo más tiempo. En nuestras mascotas los problemas digestivos más habituales se desencadenan en un intervalo corto de tiempo por lo que nos centraremos en los trastornos digestivos de tipo agudo.
Existen muchos motivos que pueden desencadenar un trastorno digestivo en nuestro amigo: intolerancias alimentarias, alergias, intoxicaciones, enfermedades sistémicas… aunque la gran mayoría de las gastroenteritis en nuestras mascotas se deben a la ingestión de algo inadecuado:
- Alimentos en mal estado: pienso caducado, comida enlatada alterada, basura orgánica…
- Alimentos a los que no están acostumbrados: cambios bruscos de tipo de pienso, alimentos humanos en buen estado pero que no consumen habitualmente…
- Elementos no destinados al consumo: palos, restos de juguetes, ropa o cualquier material que no se considere alimento
Esto significa que la mayor parte de los problemas digestivos podemos evitarlos prestando atención a la alimentación de nuestra mascota. Por ello debemos fijarnos en las fechas de caducidad de los alimentos que le ofrecemos y no variar bruscamente la alimentación ni ofrecerle alimentos humanos ya que estos suelen tener un mayor contenido en grasa y sal que los formulados especialmente para perros y gatos. Por supuesto, también es sumamente importante estar atentos en la calle y en casa para que no ingiera elementos no alimenticios.
¿Qué síntomas podemos observar?
Los síntomas característicos de los problemas digestivos son los vómitos y las diarreas. Dependiendo de la porción del tracto digestivo alterada, presentará uno u ambos síntomas con unas características determinadas.
Cuando la alteración se encuentra en el estómago, el síntoma más habitual es el vómito. Éste puede ser con contenido alimentario o bilioso. Es habitual que los primeros vómitos contengan restos del último alimento ingerido y a medida que se suceden se vayan volviendo biliosos e incluso presenten hebras de sangre debido a acción erosiva de los jugos gástricos en la mucosa del esófago.
Por otro lado, cuando la alteración digestiva afecta al intestino, el síntoma característico es la diarrea. Ésta también puede tener diferentes caracteristicas dependiendo de si la alteracion afecta mayoritariamente al intestino delgado o grueso.
- Intestino delgado. Las heces suelen ser más voluminosas y de un color más claro.
- Intestino grueso. Las heces suelen tener menos volumen, ser mas oscuras y pueden presentar trazas de sangre fresca o moco.
No siempre es posible establecer estas diferencias porque la diarrea es de tipo mixto al verse afectadas diferentes porciones de intestino.
¿Qué podemos hacer en casa?
Para empezar, no debemos alarmarnos. Cómo hemos explicado, los trastornos digestivos son muy comunes en nuestras mascotas y la inmensa mayoría no supone un riesgo importante. Muchas gastroenteritis son autolimitantes, es decir, remiten sin tratamiento en un plazo corto de tiempo, pero desde casa podemos ayudar a evitar complicaciones y a que la recuperación sea más rápida. Nuestro objetivo principal se centrará en evitar que nuestra mascota se deshidrate, el principal riesgo de estos trastornos.
Si nuestra mascota únicamente presenta diarrea, debemos cambiar su alimentación habitual por una dieta de fácil digestión. Podemos cocinarla nosotros mismos de forma casera con alimentos fácilmente digestibles usando carne de pollo (como fuente proteica) y arroz (como fuente de hidratos de carbono). Es posible utilizar otros alimentos alternativos como pescado blanco y patata. En cualquier caso, la mejor forma de cocción es hirviéndolo sin añadir ningún tipo de condimento. Le ofreceremos pequeñas porciones unas 3-4 veces al día para favorecer que su intestino pueda digerir la dieta adecuadamente. Es importante mantener a su disposición agua fresa en todo momento.
Si nuestra mascota presenta vómitos, la pauta a seguir es diferente. El estómago en este caso está afectado y la ingesta incluso de fluidos puede hacer que empeore la situación. Debemos dejar pasar un tiempo prudencial de ayuno antes de ofrecer de beber y si lo tolera, después de unas horas ofreceremos dieta blanda.
¿Cuándo debemos alarmarnos?
Existen casos en los que la terapia conservadora en domicilio no da resultados o aparecen ciertos síntomas que pueden indicar complicaciones. Es el momento de recurrir a un veterinario para que valore la situación.
- Vómitos no cesan con ayuno
- Deshidratación
- Diarrea hemorrágica
- Vómitos con «posos de café»
- Dolor abdominal intenso
- Apatía muy marcada
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