Piómetra

La piómetra es una patología reproductiva que afecta frecuentemente a hembras de edad media o avanzada aunque puede aparecer en cualquier momento después del primer celo. Consiste en una infección uterina que ocurre entre 2 y 8 semanas posteriores a la fase de estro (celo). Es importante saber reconocer esta patología ya que puede llegar a ser mortal si no se trata adecuadamente. A continuación explicaremos por qué se produce, qué signos clínicos nos pueden hace sospechar de piómetra, cómo se diagnostica y cómo se trata.

Causas de  piómetra:

Durante el ciclo sexual de las hembras, tanto perras como gatas, ocurren variaciones hormonales que dan lugar a las diferentes fases. A pesar de que las fases del ciclo difieren de una especie a otra, la patogenia de la piómetra es la misma. Tras el celo los ovarios segregan progesterona y en el útero se producen una serie de cambios como respuesta: se genera un crecimiento endometrial (capa interna del útero) con aumento de la secreción glandular y reducción de contractabilidad del miometrio (capa muscular uterina). Puede ocurrir que el útero responda de forma exagerada, creando un ambiente propicio para el crecimiento bacteriano. Cuando esto ocurre, el contenido uterino producido por las glándulas se infecta dando lugar a una piómetra. Dependiendo del estado del cuello uterino podemos clasificar las piometras en:

  • Piómetra abierta: el cuello del útero se encuentra abierto por lo que el contenido infectado irá saliendo en forma de secreción vaginal. Gracias a esta evacuación, se evita su acúmulo en el interior y por tanto los síntomas y el pronóstico es más favorable.
  • Piómetra cerrada: se trata de la presentación más peligrosa ya que el cuello uterino se encuentra cerrado y el contenido purulento permanece en el interior del útero aumentando el riesgo de toxemia y otras complicaciones.

Diagnóstico de piómetra

El diagnóstico de la piómetra se lleva a cabo a través de la historia clínica y los signos clínicos y confirmando la sospecha con pruebas complementarias.

  • Signos clínicos: los síntomas varían dependiendo de la intensidad del cuadro y el avance de la infección. Pueden observarse pacientes casi asintomáticos o en shock séptico. Los signos más habituales son:
    • Apatía y abatimiento
    • Anorexia (pérdida de apetito)
    • Polidipsia/poliuria (necesidad exagerada por beber agua acompañado de un aumento del volumen de orina)
    • Secreción vulvar (únicamente en piómetras abiertas)
  • Pruebas complementarias:
    • Radiografía: se pueden observar imágenes compatibles con los cuernos uterinos distendidos debidos al aumento del contenido. Es más frecuente detectarlo en piómetras cerradas. La ausencia de este tipo de imágenes no descarta una piómetra.
    • Citología: el análisis microscópico de la descarga vulvar detecta un gran acúmulo de neutrofilos y bactarias junto con las células epiteliales intermedias típicas de esta fase del ciclo estral.
    • Ecografía: es la prueba diagnóstica de elección ya que es el mejor medio para evidenciar ese acúmulo de contenido en la luz uterina.
    • Análisis sanguíneo: es frecuente observar un aumento del recuento de glóbulos blancos.

Tratamiento de piómetra:

  • Tratamiento quírúrgico: la ovariohisterectomía es el tratamiento de elección, consiste en extirpar el aparato reproductor desde el cuello del útero hasta los ovarios. Es el tratamiento más efectivo y seguro. Dependiendo del estado previo de la paciente es posible que sea necesario estabilizarla previamente antes de la intervención.
  • Tratamiento médico: esta opción únicamente puede valorarse en perras que presenten piómetra abierta, estables, sin toxemia y siempre bajo un seguimiento estricto para comprobar la efectividad del tratamiento. El tratamiento puede incluir la administración de antibióticos, prostaglandinas o antiprogestágenos.

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