Todo aquel que conviva con un gato estará de acuerdo: el vómito en estos amigos peludos es algo muy frecuente. Por fortuna la mayoría de los casos no tienen importancia, pero es importante saber diferenciar cuándo el vómito puede estar originado por alguna alteración que pueda suponer un riesgo para nuestra mascota.
Las bolas de pelo
En condiciones normales, los gatos pueden pasar varias horas al día acicalándose. Esto conlleva la ingestión de pelo muerto del manto de nuestros amigos. Este pelo, no es digerible y si no prosigue hacia el intestino puede acumularse en el estómago y causar irritación en sus paredes, lo que provoca la activación del reflejo del vómito. El vómito puede ser con o sin contenido alimentario, pero suele estar acompañado por un acumulo de pelo compacto. En cualquier caso, el estado anímico de nuestro amigo no varía ni se produce pérdida de peso.
Este tipo de vómito es el más habitual y la frecuencia varía dependiendo de cada individuo y temporada del año. Para evitarlo debemos cepillar concienzudamente a nuestro amigo diariamente y administrarle frecuentemente malta para favorecer la lubricación de estos acúmulos de pelo.
Intoxicaciones
Hay determinados tóxicos que pueden provocar el vómito en los gatos (anticongelantes, algunas plantas, venenos para roedores o babosas, algunos insecticidas…). La aparición de los vómitos suele ser aguda y el estado anímico de nuestra mascota suele verse deteriorado. Dependiendo del tóxico podemos observar otros síntomas como diarrea, falta o coloración oscura de la orina, hemorrágicas, convulsiones, dificultad para respirar… Es muy importante que nos llames ante cualquier sospecha de intoxicación ya que la espera puede poner en riesgo la vida de tu mejor amigo.
Origen alimentario
Actualmente hay innumerables alternativas para alimentar a nuestras mascotas, pero hay que informarse detalladamente sobre qué clase de comida le estamos proporcionando ya que aunque legalmente estén aprobados para alimentar a nuestro gato no todas son nutricionalmente aceptables y pueden provocar intolerancias alimentarias que pueden manifestarse en forma de vómitos o diarreas.
Otras enfermedades
Existen multitud de enfermedades sistémicas que pueden provocar vómitos en mayor o menor medida. Algunos ejemplos son la diabetes, problemas renales, hipertiroidismo… Dependiendo de la dolencia podremos observar otros síntomas como decaimiento, pérdida de peso o beber en exceso.
Entonces, ¿me asusto?
Si tu gato vomita de forma esporádica y observas bolas de pelo en el vómito o en sus heces y mejora con la malta no tienes que preocuparte, pero si tu amigo presenta algún otro síntoma o los vómitos no remiten, será mejor que nos contactes y juntos podremos valorarlo.
Imagen: K-nekoTR