La temida procesionaria del pino

Procesionarias del pino

Las procesionarias ya están aquí, este año han llegado antes de lo esperado y como siempre, suponiendo un auténtico peligro para nuestro mejor amigo. Las altas temperaturas tan atípicas de este invierno han causado que estas orugas abandonen sus nidos antes de lo que es habitual y emprendan sus conocidas procesiones antes de convertirse en crisálidas y más tarde en mariposas.

¿Porque son tan peligrosas las procesionarias?

Cada oruga tiene el cuerpo recubierto de miles de pelos cargados de una sustancia muy tóxica. Se desprenden fácilmente y si entran en contacto con la piel o mucosas de nuestra mascota provocan una potente reacción inflamatoria y alergias.

Los primeros síntomas que podemos observar si nuestra mastota entra en contacto con una oruga son

  • Nerviosismo, intentara tocarse la boca con las patas.
  • Babeo intenso e intención de tragar de forma repetida
  • Vómitos
  • Hinchazón y enrojecimiento en la zona de contacto

Conforme pasa el tiempo pueden ir apareciendo otros síntomas cada vez más graves como inflamación de la lengua, dificultad para respirar, convulsiones e incluso puede resultar mortal

¿Qué debo hacer si mi perro entra en contacto con ellas?

En primer lugar, llamar inmediatamente a tu veterinario de confianza, el valorará la situación y decidirá si el tratamiento domiciliario es suficiente o es preferible acudir a un centro de urgencias.

En cualquier caso, es recomendable lavar abundantemente con agua templada sin frotar. El agua ayuda a eliminar los "pelillos" y el calor a inactivar la toxina.

Nunca administres ninguna medicación si no ha sido pautada por un veterinario.

¿Cómo puedo hacer para evitarlas?

Está claro que si en algún momento observamos una de estas "procesiones", debemos evitar que nuestro amigo se acerque. En ocasiones esto puede no ser suficiente ya que también puede producirse un contacto indirecto, es decir, el viento puede trasportar los pelillos urticantes o si jugamos con la pelota cerca de algún sitio por el que haya pasado la "procesión", el juguete puede quedarse impregnado de los pelillos urticantes y causar reacción.

Por ello, si sabemos que hay orugas en algún lugar que frecuentamos, ya sea por haberlas visto o porque nos lo hayan comentado, conviene evitarlo y pasear a nuestro amigo por otras zonas hasta que sea completamente seguro.

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